Platicábamos de las festividades que, dentro del marco de las tradiciones provincianas, han llenado de alegría a la próspera ciudad de Aguascalientes. Comentábamos de ellas porque, en su ausencia, han dejado un cierto sentimiento de devastación. Si bien la más notable es la de la feria de San Marcos, también ha calado la de la Romerías y las peregrinaciones que le preceden. En el curso de las lamentaciones hubo quien expresó con aire de simpática nostalgia la ausencia de la feria de La Vendimia.
Autor: José Caro

Hoy amanecí con esos raros alientos de la filosofía que, de madrugada, y ante la expectativa de un día nuevo, quiere explicarse y entender el mundo que le rodea. Y en esa aventura me encuentro. Pretendiendo explicarme y entenderme arriesgo a extender mis sonambulismos disque intelectuales. Ahí voy.

Me gustan los aires sonoros y escandalosos del “feroz reproche” de los aficionados que protestan en los tendidos de las plazas de toros, y más cuando tienen razón
“Pasión”, fuego no extinguido que arde y quema
Señores, la “pasión” es un componente natural en la fiesta de toros
Siempre ha sido una esperanza inútil el deseo de uniformar criterios

NO QUIERO VER A ESOS QUE SE DELEITAN QUITÁNDOLE LAS HOJITAS DE ORO A LOS RETABLOS DE LOS ALTARES –SUEÑOS- SAGRADOS DE LOS TOREROS DE AGUASCALIENTES.
NO QUIERO VER SESOS ROSTROS ENVENENADOS, ESOS SEMBLANTES, CON TUFO AMARGO.

¿De qué calibre ha sido la respuesta de la familia taurina ante la pandemia? Aunque tengo por cierto que tan “célebre” personaje es inexistente, mucho se acerca a él quien tiene la gracia de saber escuchar con la “sabia” paciencia del adulto, de decir con la prudente mesura de la experiencia, y aconsejar con la imparcialidad de la madurez.

Un sorbito al café que es negro y no café.
Esperaba; sentado estaba en una banca pública a un costado del ahora solitario teatro Morelos esperando a un viejo amigo que me prestaría un par de libros que había prometido facilitarme. No llegaba, en tanto yo esperaba.

SI LO VEN ASOMBRADO Y EXTRAÑANDO EL ESCÁNDALO DE LA FERIA Y EL RUMOR DE LA PLAZA DE TOROS NO SE ASOMBREN PUES, HOMBRE COMO ES, EL BUEN MARQUITOS PUEDE EXPERIMENTAR “SANTA CURIOSIDAD”

CUANDO LA CABELLERA BLANCA NO PRUEBA CIENCIA NI VIRTUD EN SU COLOR, POR LO MENOS AFIRMA QUE HAY “EXPERIENCIA”
Tengo claro que la experiencia es sinónimo de prudencia. Ojalá y sea ese el perfil de mi comentario: la prudencia.

Ah con el tiempo: ah con el ocio que me ha permitido el mentado virus que trae en jaque a la humanidad. Cierto es que, pese a la gravedad sanitaria que trae consigo pues no podré sino agradecerle que en enclaustramiento me ha permitido revolver y desbarajustar orden en mi memoria, en mi recuerdo, en mis libros, en mis fotos, en los vídeos y demás.

NO, NO ME ENTIENDO -NI A MI VIDA- SIN LA LUZ DE LA ESTRELLA DEL TOREO”
¡PRIMERO LA SALUD!
Por asociación de acontecimientos me viene a la memoria aquel 26 de abril de 2009. Recuerdo que, si bien ya conocía los estragos de las sensaciones novedosas originadas en el seno del espectáculo del toreo, nunca había padecido la encendida conmoción del relampagueante y súbito vértigo de la frustración no anunciada, efecto que, por su hondura, bruscamente oprimió el alma de quienes esperábamos gozar embelesados en la contemplación deleitosa del iris fascínate de la Fiesta de toros.