Con mucho cariño y agradecimiento a esos seres que, por honesta vocación, nos dan su tiempo, sus cuidados, sus desvelos y hasta dejan las pestañas entre las hojas de sus estudios.
A la doctora Paulina Munguía Garza a quien le ruego haga extensivo este pequeño homenaje a sus colegas. Que Dios los cuide y jamás los deje caer en el mercantilismo.
¿Quién ha dicho esas historias?,
¿que -el Cristo- este año no sale?,
sí está vestido de blanco,
de azul, en los hospitales…
¿Quién dice que -el Nazareno-
no puede hacer penitencia,
sí están todos atendiendo
a enfermos en las urgencias?
¿Cómo que -Jesús Caído-
no saldrá el Miércoles Santo?
Mírale tú en nuestros médicos
que caen rendidos, exhaustos,
con humildes cireneos
ayudando a cada paso:
celadores, enfermeras, administrativas,
codo a codo, sin descanso.

Igual que en -la Borriquita-
pasó Jesús por la tierra,
nuestros héroes camioneros
pasan las noches en vela
para abastecer mercados
de barrio, farmacias, tiendas…
Ejército, Guardia Civil, Policía,
patrullan calles desiertas,
y no están con sus familias
sino cuidando a las nuestras.
Y lejos de las ciudades,
Jesucristo está doblado sobre los surcos de tierra,
se hace a la mar en un barco,
tiende cables, cava pozos
o pastorea el ganado.
Nadie diga que -el Señor-
no está en las calles presente,
cuando en las Iglesias solitarias
los Sacerdotes celebran Misa diariamente.
Nadie diga que -el Cautivo-
no va a salir este año, mientras haya una voz buena
llamando al que está encerrado.
Nadie diga que -el Gran Poder-
no va en su anda,
cuando tantas vidas orantes
se ofrecen y aman.
Con cansancio en la mirada,
con buen humor, sin fallarnos,
también Cristo está presente
en cualquier supermercado,
reponiendo estanterías
o a pie de caja cobrando.
Jesús viene en un camión
de blanco y verde pintado,
recoge nuestros desechos
y se va sin ser notado.
Cuando veo a tanta gente
que a los suyos ha enterrado,
siento que también salió
la -Piedad del barrio bajo-,
-la Virgen de las Angustias-
con su Hijo en el regazo.
Y aunque a todos nos asuste
el pasar por el Sepulcro,
ahí está la fortaleza
de Aquel que ha vencido al mundo.
Tal vez no haya procesiones
con imágenes talladas
pero ya ves, Cristo sale
al encuentro de tu alma,
en mil rostros escondido,
sin cirios y sin campanas.
Que, aunque no haya procesiones
por España en primavera,
seguirá oliendo el incienso
que pone su gente buena.
El amor salta las tapias,
el corazón no se encierra;
será una “Semana Santa”
más que nunca, y verdadera.
Autor: Padre Álvaro Sáenz